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La forma del derecho pretende explicar el derecho entendiendo que esa explicación no es aclaración conceptual, sino inteligibilidad institucional, que la teoría del derecho busca hacer inteligibles instituciones que efectivamente existen. Para eso, este libro introduce y desarrolla una teoría de los conceptos jurídicos y las instituciones que luego es aplicada a las estructuras fundamentales que definen el derecho moderno.
El libro está estructurado en tres partes, que se presentan como círculos concéntricos. La primera comienza con algunas disputas tradicionales de la teoría del derecho, en particular sobre el denominado «positivismo jurídico» y sus versiones «duras» y «blandas». Pero no lo hace con el ánimo de sumar una voz más a un debate que parece cada vez más trillado, sino para mostrar que esa discusión ha perdido de vista lo que en la propia tradición positivista era originalmente fundamental: la afirmación y defensa de una comprensión-idea moderna de derecho.
Esta comprensión del derecho es el tema de la segunda parte. Ahí ella es tratada no como una teoría, sino como un conjunto de instituciones estructuradas sobre la base de la distinción entre jurisdicción, legislación y administración. La teoría del derecho no ha prestado atención a esta distinción. Aunque ha discutido la primera con obsesión, y recientemente ha vuelto su atención a la segunda, la tercera, y en particular la relación entre ellas, no ha sido tematizada. La forma del derecho, como entiende que la teoría del derecho busca inteligibilidad institucional, asume la posición contraria: comienza asumiendo que en esas características fundamentales hay algo importante para entender la idea moderna de derecho, y procede reconstruyendo desde abajo.
Pero la inteligibilidad de las instituciones que realmente existen supone entender el «modo de significación» del discurso sobre ellas. Este es el tema de la tercera parte, que pretende mostrar que el modo de significación del derecho y la teoría política es el mismo que el de la teología. Ignorar este modo especial de significación fuerza sobre las instituciones actualmente existentes una comprensión ingenua o cínica, que las hace aparecer como fundadas en ideas muertas.